Nuclear

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jueves, 31 de enero de 2008

Master del Universo

La primera vez que cambié de ciudad fue con 17 años, para irme de Melilla a Málaga... era un crío entonces y sabía desde hacía años que tenía que terminar por irme porque para estudiar una carrera, como quería, tenía que venirme a la península.



En Melilla dejé mi primer amor. La primera vez que volví, me di cuenta de lo pronto que te puede llegar a olvidar la mayoría de la gente y de como, ante un rumor me señalaba por primera vez por la calle.

En Málaga, estuve siete años y, al igual que en Melilla, sabía que si quería trabajar en lo que me gustaba, tendría también que marcharme tarde o temprano.



En Málaga me involucré en la representación de gente, asociaciones y política, de todo ello me quedó la sensación de que la gente nunca te agradece nada de lo que hagas por ellos (pero siempre se quejarán si no colmas sus espectativas) y un gran asco hacia todo lo que suene a política.

A Madrid llegué para hacer un Master de un año, sabiendo que, probablemente, estaría allí sólamente el año que duraba. Era ya un referente en mi vida, estar en ciudades en las que sabía que tenía un tiempo de estancia limitado, ciudades con fecha de caducidad. A estas alturas, uno ya sabe que la mayoría de las relaciones que establece en estas también tienen fecha de caducidad.



A Cartagena llegué hace dos años y medio; es la primera ciudad a la que he llegado sin saber cuando me voy. Vine sabiendo que, probablemente, estaría un mínimo de cuatro años.



A qué viene todo este rollo... esta tarde he recibido un DVD con los videos y fotos de la graduación de mi Master del Universo de Madrid, y cuando me he puesto a pensar en como era entonces y en como soy ahora, no puedo menos que sentirme orgulloso de lo que soy, de lo que he conseguido, de haberme hecho más fuerte, de llevar con dignidad mis cicatrices y sé que me quedan muchas fuerzas para lograr los objetivos que veo que aún me quedan por delante.



A veces pienso que mi vida es una mierda, pero hoy no, hoy no tocaba ser gilipollas.

martes, 29 de enero de 2008

D. en el país de las maravillas

El diccionario define milagro, en su segunda acepción como "Cualquier suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa"... esta mañana he recibido la llamada de mi amigo D, que anunciaba el milagro de la vida.

D. y yo estudiamos juntos desde pequeñitos, pero no fue hasta sexto de E.G.B., que compartimos banca. Es, excluyendo mi familia y mi entorno hogareño, no el amigo, sino el AMIGO más antiguo que tengo.

Él ha estado allí siempre que lo he necesitado, en los buenos y los malos tiempos, y he de decir, para mi vergüenza, que yo no fui tan constante y algunas veces que necesitó mi apoyo le fallé.

D, como por otra parte merecía, conoció a una bellísima mujer, que además es muy hermosa, y tuve la dicha de estar en su boda (o monomonio, jeje) el pasado diciembre. Hoy me han hecho partícipe de la más feliz de las noticias y me han alegrado el día, por ellos, y por la fortuna que ha tenido el que está en camino.

Poniéndome un poco menos ñoño, seré un poco malo y te recordaré donde te has metido, jejeje.

domingo, 27 de enero de 2008

Que veinte años (o cincuenta y un años, nueve meses y cuatro días, vamos) no es nada...

Ayer estuve viendo con C. y sus padres "El Amor en los Tiempos del Cólera".



Vaya por delante que no he leído el libro, ni sabía a ciencia cierta de qué iba la historia, así que se podría considerar que llegué "doncel" a la película. En general, considero que está bastante flojita, tanto desde un punto visual, como desde las actuaciones: Bardem no trasmite apenas (nos tiene mal acostumbrados y ya no le podemos permitir eso) y la protagonista (Giovanna Mezzo giorno) parece mantener la misma expresión durante toda la película. Las caracterizaciones tampoco están nada bien, especialmente, porque ella en ningún momento parece anciana en la parte de la película en que ya lo es... eso sí, las imágenes de los campos y ríos de Sudamérica y de Cartagena de Indias, son preciosas.

En cuanto a la trama, la primera media hora es un bálsamo para los que hemos pasado por algo parecido en alguna forma a lo que pasa en esos primeros minutos... ser capaz de verlo desde fuera, te permite analizarlo de una forma mucho más fría... es francamente reparador.

Finalmente, me da una impresión algo descorazonadora... en la película (y supongo que en el libro) la gente sólo consigue lo que quiere cuando se mantiene al margen del amor, casi todo el que ama en algún momento, termina siendo castigado y siendo un elogio en su máximo grado, de la paciencia y el dolor de amor (de hecho, la madre del protagonista lo dice explícitamente en un momento, que disfrute de su dolor...).

Después, por supuesto que hubo cervecitas post-cinema.

sábado, 26 de enero de 2008

Viernes noche en Murcia

Ayer al fin me reencontré con mi tan querida vida cultural (tras como cuatro horas de boca a boca a boca, porque estaba la pobre de un mustio). La cuestión es que he descubierto que una de mis más recientes amistades MMC, le gusta el teatro, o mejor dicho, no le da sarpullido todo lo que suene a cultura... total, que decidimos ir ayer a Murcia a ver "La pesadilla de Kepler"




La obra estuvo genial, yo creo que la definiría como lo más parecido a una película de serie B que se puede imaginar en teatro. He de confesar que al principio me eché un poco a temblar, porque soy más de teatro tradicional, pero me gustó mucho, mucho, mucho (MMC, sigo pensando que el desnudo de la protagonista era totalmente gratuito y no aportaba nada... bueno, todos los caracoles de la sala, seguro que vuelven a ir hoy).

Después, como MMC era coleguita de la novia de uno de la obra, se vinieron con nosotros de marcha, pero se fueron quedando (la gente de Madrid, no se sabe divertir fuera de allí). En fin que acabamos de bares por Murcia de bailoteo.

Hoy se suponía que iba a haber otra vez murcianeo, pero MMC se ha puesto mala, así que en vez de juerga, me toca más vida cultural... cine con C; a ver qué tal.

Nada como salir con los colegas para olvidarse de ralladas y malos rollos.

... y con esto empezamos.

Tras varios meses dándole vueltas a si iba a ser capaz de escribir un blog, o si me iba a hartar en menos que canta un gallo, al final, me he decidido... total, lo peor que puede pasar es que me estrelle, jejeje. En fin... que empiece el espectáculo.